¿Cuál es tu respuesta a Dios? ¡Eres libre para responderle!
¿Te atreves?
Descubrir el sueño de Dios para ti y responder a la llamada que implica ese sueño único no es algo que debamos hacer solos. Que sea una llamada personal no significa que sea una respuesta individualista porque siempre es una llamada a unirnos a alguien, a vivir fraternalmente, en comunión, en familia, vivir al servicio de otros… Y el descubrimiento del sueño de Dios para tu vida es necesario hacerlo en la Iglesia y con el acompañamiento de alguien con cierta experiencia para que nos confirme aquello que creemos que vamos descubriendo; es lo que se llama discernimiento. Y esto no es posible sin la oración personal y el silencio donde dejamos que Dios sea el protagonista: