El Asociado, libremente, está llamado a realizar un compromiso temporal y renovable, personal, que manifieste oficialmente su adhesión a la espiritualidad de Ana María para profundizar su vida de fe en Jesucristo. Con ello se muestra, también, el deseo de preocuparse por la misión de la Congregación y, en la medida de lo posible, participar en su acción misionera.